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ENTREVISTA

Evarist Gómez, guarda forestal de La Albufera

“La calma en La Albufera tras la DANA puede ser engañosa”

Presente tras los hechos del 29 de octubre, alerta sobre los efectos invisibles de la riada y pide un seguimiento urgente en plena temporada de cría

Centro de Interpretación del Racó de l’Olla

Centro de Interpretación del Racó de l’Olla. Fuente: Propia

Escribe Laura Cardona
Valencia 12 de mayo de 2025

Nos encontramos con Evarist Gómez en el Centro de Interpretación del Racó de l’Olla, en El Palmar. El edificio está lleno de medios de comunicación debido a un acto oficial organizado por la Generalitat. Él permanece a un lado, tranquilo, ajeno al bullicio. Uniformado, alto y corpulento, su presencia impone, pero basta con acercarse para descubrir el gesto amable de quien conoce y cuida el territorio como propio. Nos alejamos unos metros de la multitud y, en la calma de los márgenes, empezamos a hablar.

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El parque natural de La Albufera, con su mezcla única de agua dulce y salada, de arrozales y malladas, sigue siendo uno de los espacios más valiosos del litoral valenciano. También uno de los más vulnerables. La última DANA azotó con fuerza la Comunitat Valenciana, dejando imágenes impactantes en muchas zonas. Sin embargo, en La Albufera su huella ha sido más silenciosa. El riesgo no desaparece con el agua retirada.

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Evarist Gómez, el único guarda forestal de La Albufera, explica que el temporal se produjo fuera de la época de cría, lo que ha amortiguado parcialmente el impacto directo sobre la fauna. Aun así, insiste en que no conviene confiarse.

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“Como fue en una época en la que no había cría, solo algunas garzas estaban nidificando, no podemos evaluar aún los efectos con claridad”, explica, tras años de observación del ecosistema desde dentro. Pero recuerda que la temporada de reproducción ya ha comenzado y lo que ocurre ahora será determinante. “Se debería hacer un seguimiento. Nosotros lo hemos propuesto, aunque normalmente lo lleva Fauna y Vida Silvestre desde Conselleria”, añade.

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Los campos afectados por la DANA han revelado otra amenaza menos visible pero igualmente preocupante. “Se ha encontrado mucho medicamento y otras sustancias. Eso acaba cerrando el ciclo y puede impactar en especies que se alimentan en esos campos”, advierte. La contaminación química, imperceptible a simple vista, podría condicionar la alimentación de las crías nacidas esta primavera.

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Los arrozales que rodean la laguna, funcionan como zona de cría y alimentación para muchas aves. “Ahora están secos, porque todavía no ha comenzado la temporada del arroz. Será a finales de mayo o principios de junio cuando empiece a entrar el agua del lago para regarlos, y entonces veremos cómo afecta esto a la alimentación de las crías”, señala Gómez. Esa fase genera una preocupación creciente sobre si la calidad del agua tras el temporal será adecuada y segura.

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Consciente de esta incertidumbre, Gómez ha propuesto realizar un seguimiento específico durante ese momento clave. “Yo quería estudiar cómo repercute la alimentación tras la DANA en la viabilidad de los nidos. Ver si las aves encuentran suficiente alimento o si los contaminantes han tenido algún efecto”, insiste. La preocupación es evidente. La incertidumbre, también.

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Frente a la lentitud institucional, fueron los voluntarios quienes actuaron primero. “Empezaron a trabajar desde el primer mes. Cuando aún no se había organizado nada oficialmente, ellos ya estaban retirando residuos de los campos, aunque había una gran inundación y no se podía acceder a muchas zonas”, reconoce. Pese a su esfuerzo, la tarea está lejos de finalizar. “Todavía hay mucho que retirar. El agua se ha ido retirando poco a poco, pero hay zonas donde los residuos siguen ahí”, concluye.

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El futuro inmediato de la Albufera no se decidirá con gestos simbólicos ni grandes anuncios, sino con vigilancia constante, decisiones técnicas y compromiso sostenido. La tormenta ha pasado, pero sus consecuencias podrían tardar en emerger. En un ecosistema tan frágil, las huellas no siempre se ven, pero existen. Y si algo deja claro la conversación con Evarist Gómez es que en La Albufera, incluso en calma, puede estar gestándose una amenaza. El verdadero reto será detectarla a tiempo.

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Evarist Gómez. Fuente: Propia

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