REPORTAJE
Una rareza casi extinta en los platos de El Palmar
La anguila europea traza un enorme recorrido hasta llegar a aguas valencianas. En peligro de extinción, forma parte de su tradición pesquera

Escribe Gerard Millas
Castellón 11 de mayo de 2025
La anguila, más parecida a un reptil que a un pez, abunda en la Albufera de Valencia. Rica en ácidos grasos y vitaminas, podemos encontrar dos tipos de anguila, la salvaje y la de piscifactoría. La primera, más natural, más jugosa y transmitida de padres a hijos desde tiempos de Jaime I, es la anguila más conocida.
Desde los años 70, su pesca recreativa está prohibida tras ser catalogada como especie en peligro crítico de extinción por la UICN. En enero de 2024, la Comunidad de Pescadores de El Palmar y la empresa Valenciana de Acuicultura liberaron 20.000 alevines de anguila europea en la Albufera para contribuir a su recuperación.
Las anguilas adultas pueden alcanzar entre los 30 y 150 cm de longitud y pesar entre 0,5 y 6 kg. Su piel es viscosa con escamas incrustadas y una aleta continua que fusiona las aletas dorsal, caudal y anal. Su color, una herramienta de adaptación al entorno, varía entre marrón-verdoso y gris oscuro.
Un pesca casi milenaria
La pesca en la Albufera fue legalmente reconocida en 1250, cuando se establecieron las bases para la Comunidad de Pescadores de El Palmar, una de las más antiguas de España. Una comunidad que ha mantenido viva la tradición pesquera a pesar del bajón sufrido. “Hablamos de que lo que hoy se pesca en una temporada, antiguamente lo podían pescar en una o dos noches de pesca”, comenta Amparo Aleixandri, Secretaria de la Comunidad de Pescadores de El Palmar.
Recogida entre los meses de octubre y abril, “su técnica de pesca consiste en poner redes fijas en unos postes ubicados dentro del agua”, confirma Juanjo Querola, uno de los pocos pescadores que aún navegan entre los arrozales. Aunque su búsqueda no entiende de una única ubicación. La suerte del pescador dependerá, en mayor medida, de los pocos puntos de pesca sorteados cada año. Un producto local que como asegura Juanjo: “se está recuperando en los dos últimos años”. Capturas que tampoco tienen nada que ver con las que se hacían 30 o 40 años atrás. “Ahora la media diaria ronda entre los 10 y 20 kilos”, sentencia.
Su recorrido migratorio
Este resbaladizo pez termina su trayectoria en la laguna valenciana, pero se reproduce en mar abierto. Estos animales de piel fina y oscura remontan la garganta desde el Mar Mediterráneo para llegar hasta el humedal. Capaz de nadar en aguas dulces y saladas, realiza un largo trayecto de unos 5.000 km desde el Mar de los Sargazos, enfrente de Florida, hasta el litoral valenciano. Es en esta última ubicación donde permanece el resto de sus días, dando paso a las nuevas generaciones de anguilas.
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Sus larvas regresarán al origen de dónde llegaron sus padres. Una larga travesía que emprenden gracias a las corrientes oceánicas, en concreto la Corriente del Golfo. Su pesca es algo habitual en las gargantas del Perellonet y del Perelló, caracterizadas por sus aguas tranquilas y oscuras, donde las anguilas gozan de la ausencia de la luz.

El recorrido de las anguilas y sus crías trazado en un mapa mundi. Fuente: ElPeriodico